Una medida conjunta de los ministerios de Producción y Hacienda flexibilizó la compra de la oleaginosa a otros países para abastecer el polo aceitero del Gran Rosario.

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El gobierno nacional dispuso flexibilizar la importación de soja con el objetivo de abastecer el polo aceitero y oleaginoso ubicado en el Gran Rosario, productor de aceite, harina y pellets que tendrán por destino su exportación.

La decisión fue adoptada a través de medidas conjuntas de los ministerios de Producción, a cargo de Francisco Cabrera, y de Hacienda y Finanzas, de Alfonso Prat Gay, propuestas por las resoluciones 5 y 7, respectivamente.

“Conforme a la experiencia recogida y al actual contexto económico corresponde tomar las medidas que permitan impulsar la actividad agroindustrial y la generación de valor agregado en el territorio nacional, así como la plena ocupación de la capacidad industrial instalada, con la consecuente generación de empleo, sin que ello implique atentar contra la producción nacional de soja, indicaron las normas en sus considerandos.

La medida -que es acompañada por la firma de los máximos responsables de las carteras mencionadas- fue adoptada el pasado 15 de enero y publicada ayer en el Boletín Oficial, y contempla la apertura de “la importación temporaria para el perfeccionamiento industrial”, en este caso de las plantas oleaginosas locales.

Por ello, las autoridades nacionales dispusieron que “a efectos de alcanzar dichos objetivos, resulta necesario establecer el marco de aplicación de la admisión temporaria de la soja y de los procesos productivos alcanzados”.

De esta forma, con el objeto de mantener el funcionamiento de las plantas aceiteras ubicadas a orillas del Río Paraná, en la provincia de Santa Fe, se adoptaron medidas para permitir el ingreso “temporario” de lotes de soja producidos en países vecinos como Paraguay.

Según Producción y Hacienda, para sostener dicha actividad ante las demoras que mantienen desde hace semanas la comercialización oleaginosa se dispuso excluir de la inscripción en el Registro de Operadores de Soja Autorizados, conocido bajo las siglas ROSA, la soja clasificada en la posición arancelaria de la nomenclatura común que presenta el Mercosur.

Se dejó en claro que esto se autorizará “únicamente cuando dicha mercadería se ingrese como destinación suspensiva de importación temporal, para su utilización como insumo para el proceso productivo de elaboración de aceite de soja, harina y pellets de soja“.

A través del articulado propuesto, Producción y Hacienda dispusieron sustituir los artículos 2 y 9 de las resoluciones conjuntas de los ex ministerios de Economía (número 438), Industria (269) y de Planificación (1.001) del 7 de agosto de 2012, por el siguiente texto: “Podrán acceder al Régimen de Importación Temporaria para Perfeccionamiento Industrial, establecido por el Decreto N° 1.330 de fecha 30 de septiembre de 2004, únicamente los operadores inscriptos en el ‘Registro de Operadores de Soja Autorizados’ (ROSA) para la mercadería que se clasifica en la posición arancelaria de la Nomenclatura Común del Mercosur (N.C.M.) 1201.90.00. Cuando el producto resultante a exportar sea aceite de soja, harina o pellets de soja, no se requerirá la inscripción en el ‘Registro de Operadores de Soja Autorizados’ (ROSA)“, se indicó en el segundo artículo mencionado.

También se dispuso que “los productos resultantes del perfeccionamiento industrial que se exporten bajo el presente régimen estarán alcanzados por los precios oficiales determinados por el Ministerio de Agroindustria, y lo establecido en el inciso a) del Artículo 6° de la presente medida, según corresponda”.

Medida acertada 

El vicedirector ejecutivo de la consultora KPMG, a cargo de Agronegocios, Mariano Balestra, opinó que la decisión del Gobierno de flexibilizar la importación de soja para abastecer especialmente el polo aceitero y oleaginoso para exportar es una medida “muy acertada” que permitirá “recuperar el tiempo perdido”, ya que “alienta a reactivar” la producción del sector.

“Es una medida muy acertada que se esperaba en el sector porque permite acelerar la reactivación de la producción de aceite, harina y pellets de soja, un producto que es demandado en el mundo y del que la Argentina supo ser uno de los principales exportadores”, dijo Balestra. El ejecutivo añadió que, tras el cambio de gobierno, el sector agroindustrial se halla “en proceso de recuperación del tiempo perdido por las restricciones que tuvo en el pasado”.

Balestra explicó que, de esa forma, la agroindustria podrá “desplegar todo su potencial para ayudar mejorar el saldo de la balanza comercial que es el mejor de los instrumento para que ingresen dólares al país”.

“Esta medida tomada por el Gobierno va en ese sentido y alienta a reactivar el aparato productivo del sector que estaba ocioso“, finalizó.

FUENTE: DyN

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