cc101214s002f25.jpg_1328648940

El año que se está yendo fue complejo en términos económicos. A la brusca devaluación de enero, se le sumaron los altos niveles de inflación y la caída en la actividad. Con diciembre, llega el momento para que el mercado asegurador haga un balance para evaluar cómo lo afectó la coyuntura y destacar los puntos a favor y en contra que deja 2014.
Según datos de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN), a junio de 2014, el sector creció 35,2% (primas emitidas), lo que arroja un nivel de actividad similar al de los años previos. Sin embargo, a valores constantes, el crecimiento en 2013 había superado el 19%, mientras que, en el último ejercicio, ese indicador se ubicó en 5,8%.
Gustavo Palotta, gerente Comercial de San Cristóbal Seguros, afirma que, «el crecimiento real está muy por debajo de las expectativas para un sector que pretende aumentar su participación en el PBI. La industria aseguradora no es ajena al deterioro de las condiciones macroeconómicas: la inflación, los problemas del mercado cambiario y las restricciones del mercado externo afectaron a la actividad a través de los costos».
Francisco Astelarra, presidente de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros (AACS), evalúa: «Los balances siguieron dando ganancias, aunque en los seguros patrimoniales hubo pérdidas técnicas. Los costos de siniestralidad automotor superaron las expectativas y, hoy, nuestro principal problema pasa por ese factor».
En tanto, para Juan Velarde, CEO de Aon, el balance «es bueno porque cerramos sin mayores dificultades, pero fue un año más duro que los previos por el impacto de la economía», afirma el ejecutivo.
Otro dato fue la buena rentabilidad financiera obtenida por las aseguradoras. Lionel Moure, socio de Deloitte, explica que «la suba de la tasa de interés, la revaluación del dólar y la suba de los títulos públicos impulsaron la rentabilidad financiera porque fueron clave para los resultados del mercado, ya que generaron ganancias del 19% de las primas en el seguro patrimonial y del 26%, en riesgos del trabajo».
Sin embargo, el consultor advierte que «es difícil que las causas que generaron esa rentabilidad se mantengan, por lo que resulta crucial mejorar el resultado del negocio técnico para mantener la solvencia del mercado».

Los que tuvieron un buen año

A la hora de evaluar los desempeños particulares, para Moure, «los sectores ganadores del mercado fueron los seguros de Vida Colectivo y de Accidentes Personales, que fueron de los más rentables y presentaron crecimientos en términos de producción de 35% y 31%, respectivamente».
Claudia Mundo, presidente deAvira, puntualiza que, durante el último ejercicio, «la producción de las compañías de seguros de personas creció un 34,27%, pasando de $ 16.116 a $ 21.639 millones». «El gran producto de las carteras sigue siendo el Vida Colectivo: $ 6 de cada $ 10 invertidos en seguros personales se destinan a esa cobertura», agrega.
De todos modos, Mundo enfatiza que hay que seguir trabajando para aumentar el desempeño de estas pólizas porque, comparada con otros países, «la Argentina tiene un largo camino para recorrer: la prima per cápita en seguros de personas en nuestro país es de u$s 76, mientras que en Chile es de u$s 352».
Para lograrlo, una necesidad que aún no ha obtenido respuesta oficial sigue siendo la implementación de incentivos fiscales para descontar del impuesto a las Ganancias un mayor porcentaje. «Permitirá que estas herramientas de protección generen una importante masa de ahorro interno que fortalecerá el mercado de capitales, promoverá el circuito crediticio, ayudará al financiamiento de proyectos públicos y privados y hasta funcionará como fondo anticíclico en el mercado interno», subraya Mundo.
Asimismo, Moure destaca que «los ramos de mayor crecimiento fueron robo (50%), incendio (47%) y otros riesgos patrimoniales (44%)». «En las coberturas de incendio, la suba de las sumas aseguradas, muchas de ellas, vinculadas a la suba del dólar, ayudó a dinamizar el sector y el crecimiento en otros riesgos patrimoniales se vio impulsado por el desarrollo de coberturas como garantía extendida y bolso protegido», detalla Moure.
Según la plataforma Monitor Sectorial de la consultora Claves, los seguros patrimoniales «crecieron a una media anual del 32,6% en los últimos cinco ejercicios, con buena rentabilidad, aunque con resultados técnicos negativos». En 2014, las compañías del ramo emitieron primas netas por $ 87.582 millones, un 35,7% más frente a los $ 64.562 millones de 2013. A pesar de que las variaciones anuales nominales del giro del negocio superan a las del PBI a precios corrientes, para Claves, esta situación «debería mantenerse varios años más para acercarse a los estándares internacionales de participación de los seguros patrimoniales en el PBI».

Cuesta arriba

Los seguros obligatorios que, tradicionalmente, lograban los mejores resultados, este año, presentaron nuevos desafíos que hubo que paliar. En lo que respecta a las ART, la pérdida técnica fue del 9% de las primas, al tiempo que se dio un alto nivel de siniestralidad, combo que generó que este rubro fuera uno de los menos rentables.
Las reformas en la Ley de Riesgos del Trabajo, que provocaron un aumento en las prestaciones y, por tanto, en las alícuotas que las compañías cobran a las empresas, siguen generando inconvenientes. «Crece la judicialidad y las alícuotas debieron seguir ajustándose por demanda de las aseguradoras», explica Velarde.
«En lo que respecta a las compañías, las tarifas no pudieron adecuarse al nuevo costo de la cobertura, así como tampoco se pudo trasladar el costo de la creciente judicialización de los siniestros que afrontan, afectando la rentabilidad», analiza Moure.
Esto, a su vez, produjo un cambio en la estructura del sector. Como explican desde Claves, dos de las cinco primeras compañías por tamaño de la cápita pertenecen a grupos de medicina: SMG ART, que incorporó las carteras de Meridional y Liberty, y Galeno ART, que compró, sucesivamente, Consolidar y Mapfre ART. Para la consultora, las condiciones están dadas para que esto suceda porque los costos de las prestaciones son altos y las ART integradas en grupos de medicina poseen una ventaja en un mercado en el que se compite por precio.
La venta de autos que, según la Asociación de Concesionarios de República Argentina, a noviembre, acumuló una baja de 27%, generó consecuencias. Si bien la emisión logró un crecimiento de 40%, el seguro automotor tuvo una pérdida técnica que representó un 16% de las primas.
Alejandro Simón, director General de Sancor Seguros, asegura que la caída «impactó en el ingreso de nuevas operaciones del ramo pero, a pesar de ello, sigue siendo el de mayor facturación».
A pesar de que las aseguradoras mantuvieron los niveles esperados, gracias a la actualización de pólizas en lapsos más cortos y a la revaluación de las unidades, hay otros problemas. «El contexto es complejo y sus efectos se observan en la evolución del costo medio de los siniestros que las aseguradoras debemos afrontar», describe Simón.
Para los intermediarios, estos factores representaron una dificultad. «Los clientes aumentaron su deslealtad con las aseguradoras; sienten una gran incertidumbre respecto al manejo de su presupuesto familiar o empresario. La fuerte caída en la venta de seguros para automóviles 0 Km fue una mala noticia», observa Jorge Ferrari, presidente de 123Seguro.
Para Palotta, la respuesta ante los siniestros fue compleja por motivos que excedieron a las aseguradoras, como la demora en los repuestos de la mayoría de los modelos y el aumento en sus costos. «El mercado del seguro automotor sigue manteniendo un alto nivel de competencia en precios, algo que no resulta consistente con el resultado técnico negativo de la rama», completa.

El impacto de la inflación

La inflación provocó problemas en cuanto a la falta de actualización de las sumas aseguradas, generando un desajuste cuando ocurre un siniestro que puede dejar descubierto al asegurado.
«Una de las consecuencias de la inflación ha sido la generación de situaciones de infraseguro en muchos casos y, por eso, es vital que el productor practique revisiones periódicas de las sumas aseguradas», explicó Leandro Canosa, gerente técnico del broker Gaman Argentina.
En tanto, Palotta reveló que, en el caso de automotores, «hubo retrasos en la implementación de actualizaciones de suma asegurada, ya que los clientes, en general, han sido reticentes a elevar las sumas aseguradas a los valores de reposición y la información de las terminales sobre los valores de los modelos afectados se demoró más de 60 días», agrega.
«La mayoría de la población no percibe con exactitud las consecuencias de contar con una póliza en la que el valor de la suma asegurada es menor al valor real del bien cubierto. En muchos casos, los asegurados no conocen la facultad de la aseguradora de pagar la indemnización a prorrata, es decir, en la proporción entre el valor asegurado y el valor real», advierten Laura Santanatoglia y Martín Argañaraz Luque, socios y especialistas en Seguros del estudio Allende & Brea.

Inversiones y rentabilidad

En cuanto a la implementación del ‘Inciso K’, aprobado en 2012, en febrero de este año, la SSN aumentó el porcentaje de inversión de los activos del 10 al 14,5%. «Generó preocupación por entender que faltan instrumentos idóneos para colocar sus inversiones a fin de cumplir con las nuevas exigencias», subrayan desde Allende & Brea. Al respecto, en MetLife, aseguran que, si bien se pudo cumplir con las obligaciones derivadas del inciso, es un balance desafiante, para el cual acompañan la idea de generar un menú más completo de inversiones en la economía real.
«Una mayor diversidad podría mejorar la rentabilidad promedio y, por ejemplo, instrumentos de mediano plazo que estén involucrados con inversiones en infraestructura como energía, autopistas y ferrocarriles, tendrían mucho más impacto en el crecimiento de la actividad económica», resume Astelarra.