La aplicación que ofrece una polémica alternativa dentro del sistema de trasporte público tradicional generó un gran revuelo en la sociedad y, al igual que en otras partes del mundo, plantea un nuevo escenario para el mercado asegurador.

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La llegada de Uber a la Argentina generó una gran polémica en torno al servicio que brinda y su impacto en el sistema de transporte público. Y, al igual que en casi todos los países en donde inició sus operaciones, los taxistas fueron los primeros en poner el grito en el cielo acusando a la aplicación de ser una competencia desleal para el gremio.
El revuelo que Uber genera no pasa desapercibido. Su arribo consiguió develar una vez más el vacío legal que existe en múltiples niveles ante la llegada de las nuevas tecnologías con las cuales la sociedad moderna comienza a convivir. Frente a esto, el mercado asegurador no escapa de este nuevo escenario que lo obliga a replantearse varias cuestiones técnicas y comerciales.
Para ser chofer de Uber, la empresa sólo pide ocho requisitos básicos, entre los que se encuentran: Licencia de conducir vigente; ser mayor de 21 años; cédula verde, azul o blanca, según corresponda; certificado de antecedentes penales; y la Oblea de seguro automotor obligatorio; siendo este último uno de los principales puntos en donde se genera un mar de dudas.
Básicamente, la cuestión pasa por la utilización de vehículos particulares para el transporte de pasajeros, lo cual sería motivo más que suficiente para que el automóvil quede excluído de cobertura. Buenafuente consultó a varias compañías de seguros locales y en todos los casos existe aún mucha incertidumbre y hay precaución a la hora de adelantar cuáles serán las políticas a seguir. Por el momento prefieren esperar a ver cómo se desarrollará el tema y si esto traerá aparejado algún cambio en las normativas vigentes. En este sentido, fue el propio jefe de Gobierno porteño quien aseguró que habilitarán la plataforma recién cuando cumplan con todos los requisitos vigentes para los taxis, tornando inviable el proyecto de la aplicación en el país.
Al igual que en Argentina, Uber ha provocado un gran debate en cada lugar en donde se instaló, o intentó intalarse, como el caso de Francia en donde está prohibido desde enero de 2015.  En tanto, en América Latina, el servicio ya se encuentra operativo en 9 países: Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Perú, República Dominicana, y Uruguay, siendo este uno de los últimos lugares en donde se lanzó.
En el país charrua la empresa aseguradora internacional RSA está avanzando en el ofrecimiento de cobertura de seguros en las unidades vehiculares que trabajan para Uber tras la decisión del gobierno de prohibir que el Banco de Seguros del Estado se hiciera cargo de la cobertura de responsabilidad civil de esa empresa de transporte por su condición de “ilegal”, según se dijo desde el Poder Ejecutivo.
En el otro extremo de la línea de tiempo se encuentra México, que fue el primer país en el que Uber se instaló allá por el año 2013, y luego de dos años se convirtió también en  la primera ciudad en que lo reguló formalmente. Aquí las pólizas de seguro que deben contratar los taxistas tradicionales y los conductores de Uber no son las mismas.
En el caso de Uber, los vehículos circulan con una póliza de cobertura amplia, pero no con las características que deben tener los autos que se utilizan para transporte público. Esto significa que en algunos casos el pasajero está menos cubierto.
Las coberturas amplias para autos que no están registrados como de servicio público no contemplan indemnizaciones por daños a los viajeros, mientras que la de los taxistas registrados como tales sí.
Sin embargo actualmente ya existen tres aseguradoras que han diseñado pólizas específicas para los socios de Uber, algunas similares a las que adquieren los taxistas tradicionales.
El mercado está cambiando de la mano de las nuevas tecnologías lo cual obliga a las compañías aseguradoras sentarse rápidamente a diseñar y ofrecer nuevos productos acordes a los tiempos que vivimos y que se vienen.