La Internet de las Cosas, los avances en el genoma humano y Big Data están transformando el mercado.

El futuro llegó: pólizas a medida, nuevos riesgos y los seguros que se vienen

Autos que se manejan solos, análisis de sangre que permiten hacer un scoring cada vez más exacto de la salud, sistemas de reducción de accidentes domésticos y casas que se cuidan solas. Aunque lejano todavía para los consumidores argentinos, el escenario ya está cambiando las previsiones de las principales aseguradoras del mundo.

Hace unos meses, de visita en la Argentina, Henrik Naujoks, socio de la consultora transnacional de estrategia de negocios Bain & Company, auguró un futuro preocupante: «Las aseguradoras están muriendo lentamente. Van a ganar los líderes locales flexibles que conocen más el mercado y que van a poder tomar decisiones más rápido para adaptarse a los cambios».

Los nuevos modelos de seguridad ya están dando vuelta algunos paradigmas. Las nuevas tecnologías ya son parte de la vida cotidiana, como es el caso del Internet de las Cosas, la tecnología aplicada a objetos que los convierte en elementos inteligentes.

Auto scoring

En ese contexto, la industria automotriz lleva la delantera. Según un estudio de la ONG española Línea Directa, los accidentes con víctimas podrían reducirse en un 27,5% por año, si se utilizan cuatro sistemas combinados: frenado de emergencia autónomo, el mantenimiento de un mismo carril, la detección de fatiga del conductor y la monitorización de ángulos muertos. La Unión Europea obligará a partir del año próximo a que cada nuevo vehículo salga al mercado con e-Call, un sistema de emergencia que llama al 112 sin la intervención del conductor, cuando detecta que se ha producido un accidente grave.

¿A cuánto está el GPS argentino de alcanzar esos cambios? Hoy todavía la gente privilegia el precio y el menor consumo de combustible a la hora de comprar un auto. Pero cuanto más se conozcan estas variables tecnológicas se irán haciendo más determinantes. En este sentido, la tendencia de los seguros es bajar costos a mayor seguridad del vehículo. Todavía resta ver qué sucede con el comportamiento siniestral de los autos que cuentan con equipamiento IT. Todo indica que debería bajar.

El mercado argentino ya comenzó a sumar al Big Data como un elemento determinante en el scoring automotor. La mayoría de las compañías que operan en el mercado local están incorporando sistemas de cruce de datos que permiten conocer el historial de los conductores que contratan sus pólizas. En el futuro se desarrollarán productos y soluciones sencillas, personalizadas y útiles para las necesidades reales de cada cliente, sus preferencias y sus comportamientos.

Salud, con buen pronóstico

Mientras la tecnología automotriz se esmera en fabricar autos inteligentes, los avances médicos están trazando la línea de vida humana con una previsibilidad asombrosa. Las investigaciones en el genoma humano permiten cruzar historiales genéticos y, mediante exámenes simples predecir futuras enfermedades.

Desde un punto de vista de selección de riesgo, el costo del análisis genómico ha bajado sustancialmente y sería posible aplicarlo en el presente. Todavía no se está usando por temas de privacidad, pero en breve será frecuente su uso. Por el momento, en los seguros de vida, se sigue considerando solo aquellas enfermedades que ya se han diagnosticado y, por tanto, son susceptibles de determinar mediante la probabilidad estadística su influencia sobre la tasa de mortalidad general.

El scoring genético es mucho más difícil de manejar que el automovilístico. Si prima un criterio matemático puro y abstracto, la previsión de enfermedades podría llegar a excluir de la posibilidad de cobertura médica o seguro de vida a muchas personas, en cambio la solución sería diferente si se encuentra el equilibrio social para este tipo de prestaciones.

El peso de los avances médicos se hará sentir aún más en las pólizas de retiro que en las de salud. Es evidente que los cambios en biotecnología van a tener un impacto en nuestra industria aseguradora y va a ser muy fuerte en los seguros de retiro. Hoy en Estados Unidos hay 500.000 personas de más de 100 años, pero en 2020 habrá 3.700.000. Es decir que, en términos porcentuales, es el segmento etario que más crece en el mundo.

Con un sistema de salud predictivo cada vez más exacto la gente va a vivir más años y, se debe generar mucha más conciencia sobre la necesidad de tener un pilar de sistema previsional que complemente al sistema estatal. En un mundo donde haya gran parte de la población con edades de más de 100 años los sistemas previsionales de reparto serán insostenibles en poco tiempo.

Un futuro de pólizas de salud personalizadas

Va a haber un mayor foco en el diseño de productos que permitan atender a necesidades de una población más longeva, contemplando soluciones en lo que hace a Long Healthcare, es decir, los cuidados de la salud a largo plazo. También el cambio se hará sentir en las necesidades vinculadas a la acumulación de fondos para retiro, complementando prestaciones de los sistemas de seguridad social.

Nuevos riesgos

Vamos hacia un mundo más previsible, pero ¿será más seguro? Los nuevos riesgos están estrechamente relacionados con el avance tecnológico. Principalmente, porque este eje se renueva de forma permanente y eso supone nuevas exposiciones. Estas fisuras suelen poner en jaque la seguridad informática, atentando contra personas físicas o jurídicas. Los ciberataques preocupan tanto como las pérdidas financieras.

La nueva siniestralidad genera nuevos negocios. En principio, las oportunidades de mercado se centran en diseñar y crear respuestas más precisas que minimicen esos riesgos, algo inesperado tiempo atrás. Por otro lado,y como contracara de los aspectos inciertos del avance tecnológico, podemos destacar que el mercado de seguros contará con más y mejor información. Contar con datos y análisis sobre estos riesgos permitirá a las aseguradoras calcular precios y suscribir de una manera más acertada.

El nuevo mercado será personalizado. Si un riesgo puede prevenirse o mitigarse, evidentemente, nos movemos hacia un cambio en la propuesta de valor del seguro, hasta ahora más enfocado en la indemnización. Un componente de servicio que hace aún más atractivo al seguro porque su propuesta de valor no es proteger la pérdida sino evitarla. Aparecen modelos de negocio donde el seguro se incluye entonces como parte de un servicio.

Ya hay servicios de monitoreo y vigilancia de hogares que incluyen un seguro en caso que sufras un robo mientras la alarma esté conectada. Los fabricantes de automóviles con funciones de conducción asistida o autónoma asumen el siniestro en caso que este se produzca utilizando estas funciones. Es fácil reconocer como esto puede extenderse a cualquier riesgo que pueda ser monitoreado y que la propuesta de valor del seguro podrá personalizarse al punto de cubrir un riesgo totalmente a medida y en tiempo real.

En este nuevo escenario, los precios tendrían que ser menores a los actuales. Y el mercado, inevitablemente, se reacomodará. En las investigaciones en mercados maduros, con altas tasas de penetración del seguro, la opinión generalizada es que el tamaño del mercado se achicará. Sin embargo, esta misma investigación en América latina arroja resultados opuestos; por ejemplo ante un panorama donde el foco se mueve de la indemnización a la prevención el 50% de las aseguradoras encuestadas considera que el tamaño del mercado será mayor y un 13% que será igual. Ante un escenario donde el asegurado puede pagar por uso, el 83% de las aseguradoras encuestadas en América latina considera que el tamaño del mercado será mayor, el otro 17% piensa que será igual.

El mercado argentino es virgen en muchos aspectos. La realidad es que los consumidores están esperando productos innovadores en calidad y servicio. Los cambios se dan cada vez más rápido y la industria tiene que comenzar a generar productos que se adapten a la nuevas reglas de juego.

 

Fuente: El Cronista, El futuro llegó: pólizas a medida, nuevos riesgos y los seguros que se vienen, por ELENA PERALTA. Fecha: 14 de junio de 2017.